En momentos de incertidumbre, es común escuchar el consejo de confiar en nuestros sentimientos. ¿Qué te dice el corazón? es una frase que nos anima a seguir nuestra intuición. Sin embargo, he aprendido que no siempre es prudente basar nuestras decisiones únicamente en lo que sentimos. 

Recuerdo una experiencia en una feria del libro, donde ofrecí ayuda a un joven escritor. Inicialmente, rechazó mi oferta por desconfianza. Sin embargo, después de investigar sobre mí, volvió y aceptó la ayuda, lo que llevó a una amistad valiosa. Esta experiencia me hizo reflexionar sobre cómo nuestras emociones pueden estar influenciadas por creencias limitantes o inseguridades. 

No se trata de ignorar nuestros sentimientos, sino de analizarlos y considerar su origen. Si nuestras emociones están basadas en el temor o la inseguridad, pueden guiarnos en la dirección equivocada. Por eso, es crucial combinar la intuición con nuestros valores y principios sólidos. Decidir basándonos en metas y planes bien definidos suele ser más efectivo que actuar según lo que sentimos en el momento. 

Así que, la próxima vez que enfrentes una decisión importante, escucha tus sentimientos, pero asegúrate de que estén alineados con tus valores y objetivos a largo plazo. Esto te ayudará a tomar decisiones más sabias y a avanzar hacia tus metas con mayor confianza. ¡Vamos juntos hacia el éxito!